Aunque Van Gogh estaba en el culmen de su carrera artística e incluso producía un cuadro al día, la salud mental no le acompañaba; fue ese mismo año, un domingo 27 de julio, cuando se encaminó a un terreno tras la iglesia del pueblo y se disparó en el pecho. Tras perder la conciencia, se despertó al anochecer en grave estado. Dos días después, el 29 de julio de 1890, murió en la misma posada en la que se había alojado.
Pues, muchísimo tiempo después, la casa de subastas AuctionArt-Rémy Le Fur (París), el próximo 19 de junio estará subastando dicha arma por el increíble precio de 40,000 hasta 60,000 euros, lo que equivaldría entre Q.339,332.00 y Q.508,998.00.
Esta misma arma la encontró un granjero alrededor de 1960 en un prado del pueblo de Auvers-sur-Oise, al sur de Francia, y se la dio a la madre del actual propietario. Corría 1890 cuando el emblemático artista holandés se mudó a esta pequeña población y se alojó en la posada de Arthur Ravoux, más concretamente en la habitación número cinco.
¿Qué opinas de esto? ¿Crees moral que el arma con la que murió una persona debería ser subastada o debería permanecer en un museo?
Comentarios